Por Mariana Welch
El Parque Provincial Aconcagua cuenta con cumbres que superan los cinco mil metros, elevándose de forma imponente hacia el cielo abierto hasta alcanzar su máxima expresión en la cumbre del Cerro Aconcagua (6962m). Esta particularidad atrae la atención de montañistas y caminantes de los más diversos lugares del mundo, ya que es la montaña más alta del Hemisferio Occidental. Con el fin de conservar los valores naturales y culturales de la zona, Aconcagua fue declarado Parque Provincial en 1983 con 71 mil hectáreas.
El área protegida posee uno de los recursos naturales más valiosos del planeta, el agua dulce, la cual se encuentra contenida en los glaciares y cabeceras de cuencas.
Ubicado a
A pesar de sus rigurosas condiciones ambientales, Aconcagua presenta una variedad de vida vegetal y animal adaptada al clima. La región ha sido transformada ancestralmente por el paso del hombre. Desde los aborígenes, el ferrocarril, la ruta trasandina, hasta la actual práctica del montañismo, el paisaje natural se ha visto moldeado por la cultura.
Los ejércitos del legendario Imperio Inca, procedentes del Cuzco, invadieron el sector de
Aconcagua se diferencia de otros cerros y cordilleras del mundo, las que son considerablemente más benignas para los visitantes al ser de menor altitud y tener mayor humedad y precipitaciones. Por ello es necesario advertir, a aquellos que visitan Aconcagua, que deben ser precavidos y respetuosos ante estas dificultades, con mayor razón si nunca han concurrido a áreas de montaña de gran altitud.
Ascendiendo por los senderos del Parque, el aire seco de altitud y la falta de oxigeno demandan del visitante un mayor esfuerzo físico del usual, lo cual se suma a la dificultad propia de transitar por intrincados senderos de montaña caracterizados por pendientes variadas en grandes espacios abiertos y solitarios.
La palabra “Aconcagua”, como la mayoría de la toponimia indígena, ha generado polémicas en cuanto a su significado en español. La concepción más reconocida proviene de la lengua Quechua (Akon – Kahuak) que significa “Centinela de Piedra”, sin embargo, en la lengua Aymara los vocablos Kon – Kawa podrían ser traducidos como “Monte Nevado”.