Hace dos décadas, tres ladrones entraron en la sucursal del Banco Nación de Villa Ramallo para robar el tesoro, cuando una testigo llamó a la policía y entonces la institución crediticia se vio rodeada por centenares de uniformados mientras desde un comité de crisis creado al efecto se iniciaban negociaciones con los maleantes. A esa hora ya había dentro del Nación seis rehenes: el gerente de la sucursal y su esposa, el contador y tres empleados que recuperaron la libertad con el paso del día.
Poco después de las 4 de la mañana del 17 de septiempre y cuando las negociaciones parecían estancadas, ocurrió lo inesperado. El Volkswagen Polo del gerente salió del garaje del banco atropellando un patrullero. En el asiento de adelante iban el gerente Carlos Cháves con un pan de trotyl colgado de su cuello; su esposa, Flora Lacave; y el delincuente Javier Hernández. En el asiento de atrás los delincuentes Martín Saldaña y Carlos Martínez, junto al contador Carlos Santillán.
En ese escape una lluvia de balas de todo calibre disparadas por los policías que rodeaban la zona destruyó el auto y se cobró la vida de Cháves, Santillán y Javier Hernández. Horas más tarde, en la comisaría de Ramallo murió Martín Saldaña en un oscuro hecho. En tanto Martínez se mató en un accidente de moto muchos años después, cuando ya estaba con libertad condicional.