Panorama Legislativo

Fracasos y escándalos de una oposición “pegada con moco”

Felipe Solá, Elisa Carrió y Oscar Aguad, protagonistas de los cruces verbales de la semana en Diputados.
Felipe Solá, Elisa Carrió y Oscar Aguad, protagonistas de los cruces verbales de la semana en Diputados.

 

Por Martín Rodríguez Rocha, corresponsal de NOVA en el Congreso de la Nación

 

 

Los opositores que se escudan en el voto del 28 de junio tienen razón: la gente no le dio la mayoría a nadie y por eso hay una heterogénea oposición “pegada con moco”, según palabras textuales de un legislador de ese arco multicolor. Es lo que hay para poner freno al kirchnerismo y por eso debe apelar a frágiles acuerdos para cada ocasión, especialmente en el Senado donde la relación de fuerzas está casi empatada con el oficialismo.

 

Así surgen figuras fugaces que ocupan los medios de comunicación por sus actitudes colaboracionistas con el Gobierno. Primero fue el faltazo de Carlos Menem a la sesión preparatoria de la Cámara alta que retrasó la aprobación de la nueva integración de las comisiones. Esta semana son Roxana Latorre y María José Bongiorno, quienes hicieron fracasar el intento opositor de rechazar sobre tablas el pliego de Mercedes Marcó del Pont al frente del Banco Central.

 

El variopinto arco opositor sólo atinó a evitar el fracaso público al no prestar el quórum en esa última sesión. Aunque llama la atención la falta de diálogo entre ellos para coordinarse en sus acciones. Luis Juez y Norma Morandini de hecho habían bajado al recinto y tuvieron que irse raudamente para que no quede abierta la sesión.

 

Luego vendría una suerte de terapia en grupo ese mismo día, donde los senadores no oficialistas llegaron a la conclusión de que sus 37 voluntades no son inamovibles a pesar de lo que diga Adolfo Rodríguez Saá y que deberán resignarse a perder votaciones, ganar otras y además a contar los votos una hora antes de las sesiones. El poder de atracción del kirchnerismo puede haber flaqueado, pero sigue teniendo cierta efectividad. El pliego de Marcó del Pont será la batalla que la oposición ya está aceptando como perdida a partir de la actitud de las dos senadoras, aunque en el caso de la modificación del impuesto al cheque tendrían su revancha.

 

En cuanto al DNU del Fondo del Desendeudamiento (Fodes), este lunes la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo podrá tratarlo y emitir dictamen desfavorable. En un hecho inédito, -y en contradicción con las palabras de la Presidenta de la Nación al inaugurar las sesiones ordinarias en el Congreso-, tres senadores kirchneristas apelaron a la justicia para impugnar la conformación de la Bicameral, con mayoría opositora. La jugada no prosperaría ya que la Justicia no suele prestar atención a los problemas de funcionamiento del Parlamento y porque además esa presentación recayó en las manos de Juez Ernesto Marinelli, el mismo que Cristina Fernández cuestionara públicamente junto con su pareja.

 

La oposición espera con ansiedad la reunión de la Bicameral para sumar otra victoria efímera sobre el Gobierno, porque detrás del DNU viene el proyecto de Carlos Verna, de un contenido similar al decreto Presidencial y que sí tendría los votos para ser aprobado en el Senado. Ese proyecto para algunos es más peligroso que el Fodes porque no crea una comisión de seguimiento como pretendía el decreto presidencial y además no tiene en cuenta las deudas de las provincias.

 

Un tránsito dificultoso tendría en Diputados, pero el oficialismo ya está trabajando allí para sumar la veintena de votos que hacen falta para sancionarlo.

 

En la Cámara baja Elisa Carrió no tuvo mejor idea que exponer ante los medios de comunicación y a la ciudadanía las diferencias que existen entre los bloques opositores y arrojar sospechas de complicidades con el Gobierno sobre el accionar de sus socios radicales. La actitud de la chaqueña, -quien pedía que se concretara una sesión especial para rechazar el Fodes-, provocó una estampida de diputados de otras bancadas que tuvieron que minimizar y desmentir las acusaciones de Carrió.

 

Lo cierto es que no había DNU para rechazar porque éste no había ingresado al Congreso. Los radicales explicaron que no querían caer en irregularidades de forma que luego el oficialismo pudiera objetar y el resto de los opositores aclararon que había un acu

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