RAMALLO, Diciembre 19 (www.RamalloCiudad.com.ar) Tras la publicación de la entrevista realizada a la concejal Gabriela Lourenco del bloque GEN, la concejal Marcela Isarra, del oficialismo, envió el siguiente texto a nuestra redacción para dejar sentada su posición. A continuación reproducimos extractos de dicho texto:
“Cuando la violencia se transcribe en las palabras podría hablar de violencia verbal, cuando esa misma violencia marca nuestro cuerpo es violencia física. Cuando nuestro cuerpo es usado como mercancía o como un objeto en el Programa de Marcelo Tinelli, es violencia simbólica, sexual. Cuando nos matan porque no somos como ellos desean, eso es violencia y le llamamos Femicidio, Cuando nos violan, cuando utilizan nuestro cuerpo para el placer sexual, es violencia sexual.
Cuando leí las expresiones de la concejal Lourenco me sorprendió la inexactitud de algún concepto que vertió: “después la concejal Marcela Isarra también del oficialismo dijo que no sabía si era lógico que desde un Concejo Deliberante se repudiara el accionar de los jueces. En ese sentido yo plantee que muchas veces se ha hecho, la resolución es una herramienta para expresarse que tiene el concejo, ya sea para felicitar como para repudiar y en este caso lo que se buscaba era marcar una posición y así se hizo, siendo votado por mayoría”, amplió.
Digo inexactitud porque, interprete en el momento de la presentación del Proyecto de Resolución, aclarando que como es nueva mi experiencia en la Concejalía, si administrativamente se podía repudiar un fallo judicial, con el firme deseo de que esta resolución tuviera la fuerza institucional que se merecía. Esa fue mi primer interpretación a lo que renglón seguido exprese como MUJER y militante social y política que soy y que tengo más de 20 años de trabajar por los derechos de mujeres y niñ@s mi MÁS ENERGICO REPUDIO AL FALLO JUDICIAL como así también solicite al Sr. Presidente que se me permitiera realizar la lectura de algunas reflexiones respecto del Fallo, las cuales transcribo:
“Expreso mi más profunda indignación y preocupación por el fallo en el caso por Marita Verón. La sentencia de los jueces tucumanos Alberto Piedrabuena, Emilio Herrera Molina y Eduardo Romero Lascano que absuelve a los 13 imputados en la causa es muestra de la acuciante necesidad de democratizar el poder judicial en todas sus instancias. Se trata de una tarea que comprende al conjunto de la sociedad y responsabiliza especialmente a los demás poderes democráticos.
Tucumán es ejemplo de una provincia donde subsisten resabios y complicidades importantes con poderes que no quieren someterse a las reglas democráticas. Además, no es la primera vez que en nuestro país debemos llegar a casos aberrantes donde las víctimas son nuevamente victimizadas; y donde la lucha de sus familiares, especialmente mujeres, sostiene un largo y doloroso proceso, que parece constituirse en un injusto -e inadmisible- requisito para lograr justicia. Recordemos por citar un ejemplo a María Soledad Morales. “Marita" Verón. Una vez más DESAPARECIDA E INVISIBILIZADA”. (…)
“Como Susana Trimarco, expreso mi acompañamiento al pedido de Juicio Político a los jueces de la Sala II de la Cámara Penal de Tucumán y esperamos que la justicia recapacite y haga lugar a la apelación de la querella para que este juicio no sea una vergüenza para la justicia y la sociedad argentina, sino un ejemplo aleccionador contra el delito de trata de personas.
La violencia hacia las mujeres en todas sus manifestaciones es la forma más extrema de discriminación, que vulnera el derecho a vivir una vida segura, protegida y libre de violencia. El Gobierno nacional, como el Municipal tienen en esta tarea un gran compromiso y es así como, a través del trabajo mancomunado entre diferentes sectores tantos estatales como sociales y privados, se han generado instancias de protección, promoción y asistencia a mujeres y a la sociedad en su conjunto.
Los avances alcanzados desde el año 2003 en materia de reconocimiento de derechos y de ampliación del criterio de ciudadanía a nivel nacional, deben ser acompañados por fallos judiciales comprometidos por los derechos humanos y consientes que el camino hacia una igualdad real y efectiva requiere de una justicia independiente y eficaz. Basta de impunidad y de violencia hacia las mujeres.
Como decía Beltor Brech: Muchos jueces son incorruptibles, nadie puede inducirlos a hacer justicia”. (www.RamalloCiudad.com.ar)