RAMALLO, Mayo 07 (www.RamalloCiudad.com.ar) El nacimiento se produjo en un campo de la localidad de Pérez Millán el pasado lunes 30 de abril. El dueño del campo se dio cuenta que su vaca comenzaba con el trabajo de parto y tras realizarle los primeros controles, al tacto localizó dos cabezas pero sólo cuatro patas. Llamó al veterinario y decidieron practicarle una cesárea. Así fue como nació este “monstruo”, el término científico utilizado para definir a los animales nacidos con estas malformaciones.
La ternera presentaba dos bocas, cuatro ojos, dos orejas y dos cráneos unidos a un mismo cuerpo. El animal vivió 48 horas y luego su cuerpo fue llevado a la Universidad de Buenos Aires para su investigación y preservación.
“El 30 de abril asistí una cesárea donde el resultado fue una ternera con dos cabezas”, dijo el médico veterinario que asistió al animal, Walter Mancini.
Tras la primera revisación indicó que presentaba “un doble cráneo con una sola base que se unía por una sola articulación a la columna vertebral. Después eran todos órganos de un solo animal, hablando siempre de los órganos externos, como cuatro patas, una cola y dos cráneos compartiendo la base con dos orejas, cuatro ojos, dos bocas bien completas, con dentadura, lengua móvil apta para que mame e incluso respiraba por los cuatro orificios de la nariz. Es decir, todo era normal salvo el hecho de la doble cabeza”, dijo.
Consultado sobre las causales de la malformación, explicó: “este es un caso que por lo general y de acuerdo a lo que marca la estadística, se debe a fallas genéticas en la concepción. No se atribuye normalmente a factores externos sino que por lo general son fallas a nivel embriológico. No puedo hablar de estadísticas, pero que se den monstruos si bien no es común, es algo que se da”.
Sobrevida
Tras 48 horas de vida, la ternera falleció. Sobre lo que el veterinario Mancini comentó: “la ternerita sobrevivió casi 48 horas, desde el 30 de abril por la noche y hasta el 2 de mayo por la mañana. Durante ese tiempo los propietarios le brindaron todos los cuidados necesarios, se ocuparon de la termorregulación porque al ternero se le complica mantener la temperatura, la protegieron del frio, y alimentaron con mamaderas. En una primera instancia parecía que todo iba bien pero no fue así”.
Los restos del animal fueron enviados a la ciudad de Buenos Aires, a la Universidad de Buenos Aires, donde se le iba a realizar una necropsia y luego serían embalsamados para su preservación. (www.RamalloCiudad.com.ar)