Panorama político bonaerense

La firme convicción de avanzar hacia el 2011

Scioli festejó esta semana haber recuperado la calma en el escenario político como para volver a instalar su proyecto personal que lo habilite para una reelección.
Scioli festejó esta semana haber recuperado la calma en el escenario político como para volver a instalar su proyecto personal que lo habilite para una reelección.

Por Martín López Lastra

 

Haber recuperado la tranquilidad momentánea ante una amenaza de tormenta social debe haber sido tal vez la mayor satisfacción del gobernador Daniel Scioli en las últimas dos semanas. El escenario de normalidad y optimismo le alcanzan, al parecer, para tener ambiciones, de reposicionamiento, según los analistas y de crecimiento según su círculo íntimo,  en el tablero político.

 

No se conmovió ni sucumbió a las tentaciones de contrarrestar una embestida fuerte de distintos sectores opositores, que le reclamaron mayor profundidad en el discurso ante la Asamblea Legislativa donde, quienes le quieren disputar el poder, marcaron su libro de estilo y resaltaron que ese mensaje fue demasiado insuficiente para las expectativas de un discurso anual donde se suelen establecer grandes pautas y definiciones.

 

El gran anuncio que resaltó entre los demás fue tal vez el de la reducción de accidentes en rutas bonaerenses, trofeo este sobre el cual se adjudicó la exclusividad, aunque algunos kirchneristas ortodoxos reaccionaron dado que tal logro debería ser compartido en igualdad de cartel con el gobierno nacional, por las acciones de la Agencia Vial.

 

 

Por fuera de aquello que debería adquirir una adjetivación política, una gran definición o falta de ella es el tema de la coparticipación.  En ese sentido, en su mensaje, Scioli planteó el posible incremento de ese ingreso impositivo como lo más cercano al terreno utópico.  Pero también, -y esto generó comentarios en la oposición- enunció ese tema como algo que no lo tiene como protagonista y que debe ser resuelto sólo desde Nación, cuando la propia Constitución establece un requisito especial para su reformulación y es el de una ley con la firma de todos los gobernadores.

 

En ese sentido, Scioli quiere convencerse y convencer a los demás de poner una pausa obligada al respecto. Varias veces dejó en claro que, ni por equivocación, avanzará en una movida en un reclamo que irrite al matrimonio que hoy se encuentra en la Casa Rosada. En todo caso, sí arrancó aplausos con sus anuncios de mayor recaudación a través de las disuasivas y persuasivas acciones de ARBA que no han perdido su capacidad de fuego, aún con la ida del estratega y mentor Santiago Montoya.

 

Una prueba de su pasividad pro Kirchner ha sido la de no plegarse a eufóricos reclamos de sus colegas de Chubut, Mario Das Neves, y de San Luis, Alberto Rodríguez Saa para presionar por la liberación hacia las provincias de lo recaudado por el impuesto al cheque, una concesión de masa coparticipable a la Nación que tuvo sus orígenes en una crisis terminal como la del 2001 de la cual sólo quedan los análisis de la historia.

 

Los más optimistas hablan de un fondo de más de 21 mil millones como monto adicional para las provincias en general y cerca de los cinco mil para el estado bonaerense.  Otros invitan diplomáticamente a recursar matemáticas y aluden a una cifra general mucho menor, que dejaría, por tanto, una asignación a la Provincia de entre dos mil y tres mil millones.  Ese adicional se corresponde con el financiamiento de la masa salarial para los docentes aún incorporando el acuerdo alcanzado hace quince días.

 

Lo cierto es que más allá de polémicas y debates, el entorno de Scioli se mantiene inmunizado ante los ataques opositores sobre temas, sobre los que creen, que la sociedad en general no hace tanto ruido como sí la dirigencia política y sindical.  En todo caso esa opinión pública se preocupa por deficiencias reales sin percatarse en los métodos para solucionarlas.  La mayor apuesta está en el tiempo y en que al agudizarse la contradicción entre carencias profundas y un aumento posible de recursos, transforme todo en una gran amenaza.  Pero nada de esto está en los cálculos del sciolismo.

 

Por ahora sigue exprimiendo,-hasta que el tiempo le quite toda consistencia-, el acuerdo salarial con los docentes que se logró con recursos que, nadie adivina aún, desde que partida se pudieron originar en un presupuesto que no tenía previsto dar aumentos salariales durante todo el 2010.<

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