El Poder Hoy

La estrategia fantasmal

LA PLATA, Marzo 07.-(Por Juan Gossen) Cuando no existen ideas ni proyectos políticos superadores, cuando el grado de degradación política es por demás importante, una buena opción es agitar los fantasmas de la desestabilización y ponerse en el rol de víctimas. Esa parece ser la estrategia que está usando el Gobierno, poniendo al país al borde de una crisis institucional

 

El kirchnerismo está jugando un juego peligroso. Sabe que está en retirada, y por eso propicia un escenario de caos para intentar sobrevivir. Es la expresión máxima del maquiavelismo político, donde el fin justifica los medios.

 

Afirmar, como lo dijo la Presidenta, que no se cumplirán con los fallos judiciales, es una cabal muestra de que a la Casa Rosada poco le importan las instituciones, y de que tampoco quiere reconocer sus límites. ¿Qué pasaría si todos los ciudadanos adoptarán la misma decisión que la Presidenta, y se negaran a cumplir con las disposiciones de la Justicia? Seguramente el país viviría con la ley de la selva.

Además, esta bravuconada presidencial no tiene el objetivo de impulsar un plan de desarrollo o un proyecto que permita mejorar las condiciones del 40% de los argentinos que vive en situación de pobreza. Todo lo contrario: la ofensiva K sólo busca volver a hacer un nuevo negociado con la deuda externa, favoreciendo a los banqueros y a los fondos buitres.

 

Los Kirchner están dispuestos a llevar esta disputa a la calle. Por ello, les exigieron a los intendentes del Conurbano que comiencen a movilizar la tropa. Tienen el convencimiento de que ocupando el espacio público harán una demostración de fuerza, que de poco servirá en un contexto donde gran parte de la sociedad le está dando la espalda.

 

Scioli, al igual que los jefes comunales, se vio obligado nuevamente a ser partícipe de la maniobra K. No sólo haciendo declaraciones en favor de Cristina, sino que también deberá participará en Chaco en la reasunción de Kirchner como titular del PJ, que se concretará el martes.

 

La única pequeña rebeldía que está teniendo el mandatario provincial es no sumarse -al menos por el momento- a la operación que tejieron desde Olivos para instalar su posible candidatura presidencial. En la Gobernación insisten que su proyecto político es seguir en la Provincia hasta 2015, y muestran con orgullo el marchandansig -encendedores, remeras, gorras y otros objetos- que llevan la consigna “Scioli 2011”. En la política bonaerense, todo es posible.

 

¿Ruptura en el ARI?

 

En los últimos días circularon algunos rumores acerca de que el diputado provincial Sebastián Cinquerrui tendría intenciones de romper con el bloque ARI en la Legislatura provincial. Por el momento, la movida separatista no estaría prosperando, pero encendió una señal de alerta dentro del bloque.(Fuente: Diario HOY)

 

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